Por: David Martz
En el primer semestre del 2018, se van a realizar campañas electorales en México. El próximo 1 de julio, los mexicanos habremos de elegir -y me incluyo porque soy orgullosamente mexicano- al próximo presidente de la república, a nuevos diputados federales y locales, a senadores y alcaldes. Y, como ha venido ocurriendo desde ya prácticamente hace 10 años, los candidatos que harán campaña para buscar el voto popular también lo harán en la web y en las redes sociales.
Desde 1998, he estado trabajando con el internet, y gracias a esa pasión por la tecnología más que ser una actividad laboral, fui testigo de la transición del internet 1.0 a la versión 2.0, y posteriormente, a la 3.0; vi como las redes sociales irrumpieron en el mundo online y por supuesto, en la vida de las personas. Además de tener un gran interés por la tecnología, también lo tengo por el sistema político, y por lo mismo, he analizado en más de 10 años, algunas de las campañas políticas que se han realizado en la web y en las redes sociales, específicamente las de candidatos del Estado de San Luis Potosí, y algunas presidenciales.
En esa primera década de mi trabajo con internet, la campaña política que fue más interesante por varias razones fue la de Barack Obama, en el 2008. Esa campaña del partido demócrata, demostró la potencialidad de la web y las redes sociales para convencer al electorado. Hay que decirlo, ayudó mucho que Barack Obama es un hombre moderno, que le gusta la tecnología; de lo contrario, sería un poco difícil que se convirtiera en un excelente candidato 2.0 y así llegar a la Casa Blanca. Desde el 2009, después de ver la soprentende campaña digital de Obama, aspirantes políticos de todo el mundo quisieron hacer lo mismo, pero muchos no lo han logrado.
Por ejemplo, en México, la mayoría de los candidatos no lograron hacer campañas exitosas en internet ni en redes sociales, y cuando en este caso me refiero a éxito no significa el ganar una elección, sino a un buen trabajo, una campaña digital bien preparada y bien implementada.
El objetivo principal de toda campaña política –por supuesto- es presentar las propuestas, que el elector reciba el mensaje para que se convenza de que tal candidato es la mejor opción. Sin embargo, la mayoría de los equipos de campaña cometen errores que impiden que se cumpla ese objetivo principal. Por eso, la finalidad de escribir este artículo es compartir una recopilación de esos errores, fruto del análisis y trabajo que he venido realizando durante una década con campañas políticas.
- Tener a Obama como ejemplo a seguir. La clásica y que me ha tocado escuchar en casas de campaña, “quiero una campaña como la que hizo Barack Obama”. Error. La campaña digital de Obama se preparó considerando reglas y funcionamiento del sistema electoral estadounidense, totalmente diferente a las de México o cualquier otro país. Cada candidato tiene su campaña, que se prepara de acuerdo a la región, a las reglas, al cargo que busca, a las condiciones de competencia y al mensaje electoral, el cual, -no debe olvidarse- siempre debe estar segmentado.
- Hacer campaña sin una estrategia. El error de la mayoría de los equipos: improvisar, no hacer un plan, no armar una estrategia. Lo que hacen es abrir cuentas en las redes sociales y empezar a publicar anuncios y algunas propuestas, revueltas, sin un orden, lo que confunde al elector o seguidor del candidato.
- Llevar acarreados digitales. En tierra, llevar acarreados a los actos de campaña, es condicionar a las personas a que asistan a un evento a cambio de algo; esta práctica tiene su versión digital desde que las redes sociales son espacios de campañas políticas. ¿Cuál es? Desde el 2010, algunos candidatos han comprado seguidores para “mostrar músculo” o fuerza en su fanpage y Twitter, a esos “fans” o “seguidores” yo los llamo acarreados digitales. Y es un error que un equipo de campaña recurra a esta práctica utilizando personas que ni siquiera van a votar en la región de su candidato, que no viven en su distrito electoral. Mostrar fuerza en las plataformas sociales comprándola no les hará ganar elecciones, no será determinante para que los que aún no tienen definido su voto, se decidan por el que tenga más gente en la plaza virtual, en las redes sociales.
- Hacer benchmarking de lo malo. Error de algunos equipos de copiar o adaptar a sus campañas, aquellas acciones erróneas que comete el que lleva la delantera en la intención de voto del electorado, por creer que eso les está ayudando a estar en el primer lugar.
- No llevar un plan de contenidos. La falta de un plan de contenidos ocasiona el exceso de publicaciones con mucha información, cifras y datos que la mayoría de los electores no van a entender.
- Subestimar las ventajas de la web y las redes sociales.. Un gran error concretarse a publicar anuncios, videos y links de noticias de actividades del candidato. Se pueden hacer muchas cosas más para llevar el mensaje electoral y tratar de obtener el voto.
Esos son algunos de los errores que han cometido candidatos y equipos de campaña.
Finalmente, expreso mi preocupación porque en estas próximas elecciones se cometa otro error, uno nuevo, y en mi ciudad, que ha sido mi campo de trabajo, de análisis de algunas campañas políticas. Y es que gracias a una reforma electoral, diputados locales y alcaldes del Estado de San Luis Potosí podrán ser reelectos. El probable error que pueden llegar a cometer es reciclar la campaña anterior, tanto de redes sociales como de la página web, que se utilicen los mismos discursos, promesas, mensajes y diseños. Pero esto último, requiere tratarse a profundidad en otro artículo.
David Martz
Especialista en social media marketing.
Colaborador de medios de comunicación en temas de tecnología y redes sociales
Autor del ebook: «Política 2.0. Campañas políticas en internet» (2008)